México: Semana Santa relajada y sin distanciamiento social
Cuando el turismo se detuvo en marzo del pasado año, muchos esperaban volver a viajar dentro de unos pocos meses. Aquí estamos ahora, un año después.
Pero con el rápido desarrollo de vacunas eficaces y el aumento de la distribución de esas dosis que salvan vidas, empiezan a surgir destellos de esperanza.
Los viajeros que vuelvan a recorrer libremente el mundo encontrarán una experiencia moldeada y cambiada por la pandemia, y no sólo en cuanto al uso de mascarillas, el distanciamiento social y el aumento de la higiene que hemos llegado a esperar en nuestra vida cotidiana. Es probable que algunos de los cambios se extiendan mucho más allá del fin de la pandemia.
Los certificados de vacunas y las pruebas de Covid
Cualquier persona con aspiraciones de viajar al extranjero dedicará mucho tiempo a estudiar las normas, tanto para entrar en otro país como para volver al suyo. Es de esperar que las vacunas faciliten el movimiento dado el actual mosaico de normas mundiales.
Pero vamos a necesitar mostrar pruebas de que hemos sido vacunados, lo que nos lleva a lo que probablemente será un sello distintivo de los viajes en la era post-Covid: los certificados de vacunación y de pruebas, a menudo denominados "pasaportes de vacunación" o "pasaportes sanitarios".
La Comisión Europea propuso recientemente la creación de certificados verdes digitales que demuestran que una persona ha sido vacunada, ha recibido un resultado negativo en la prueba Covid-19 o se ha recuperado de la infección. Los certificados facilitarían la circulación de los ciudadanos de la UE dentro de ésta.
También hay un número creciente de aplicaciones sanitarias diseñadas para cumplir el mismo propósito en otros lugares, como el Travel Pass de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, el Clear Health Pass y el CommonPass. Algunas compañías aéreas ya están probando aplicaciones de salud en determinadas rutas. Aún está por determinar cómo funcionará esta creciente colección de certificaciones digitales a través de las fronteras.
La mayoría de los líderes del sector coinciden en que la vacunación no debería ser un requisito para viajar, en parte porque en muchas zonas del mundo la gente todavía no tiene idea de cuándo será vacunada. Pero es probable que muchos viajeros lleven consigo certificados de vacunación y resultados de pruebas en un futuro próximo.
Tecnología sin contacto omnipresente
La tecnología que se utilizaba de forma esporádica -como el registro de entrada en el hotel por móvil- se ha convertido en algo esencial en esta época de aversión al tacto y al contacto, y no desaparecerá pronto.
Usar el teléfono como una llave, enviar mensajes de texto a la recepción, enviar mensajes de texto al servicio de habitaciones; todo esto estaba empezando a suceder, pero ahora está mucho más extendido. Incluso antes de la pandemia, las compañías de cruceros estaban añadiendo herramientas como el reconocimiento facial para ayudar en el proceso de embarque, así como con la compra y entrada a los camarotes, todo sin contacto.
“Sé que estamos necesitados de recursos y que todo el mundo quiere recuperarse, pero me temo que por este relajamiento vayamos luego a tener un problema más severo que lejos de ayudarnos temporalmente, nos vaya a perjudicar a mediano y largo plazo”, sentenció el señor Bojorquez.
El temor de muchos expertos como Bojorquez es que tres días de celebraciones por Semana Santa vaya a estropear la temporada de verano, tan importante para los destinos de playa y sol mexicanos, como es el caso de Cancún.
Los países del Caribe y del resto de las Américas, que también dependen del turismo, han tomado medidas severas, como son los casos de Cuba y Argentina, este último que hace apenas unos días decretó la paralización de todos los vuelos procedentes de Brasil, Chile y el propio México, ante el temor de que puedan entrar al país cepas más virulentas del nuevo coronavirus.
Otro ejemplo preocupante es el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, que está reportando cifras elevadas de vuelos bastante similares, aunque aún distantes, al tráfico de 2019.
“Recordemos lo que sucedió en Acapulco, que después de una reapertura precipitada se vio obligado a cerrar nuevamente. Sabemos que hay problemas económicos y que ha habido muchos despidos, pero nos estamos arriesgando”, dijo el señor Bojorquez.
De la experiencia que dejaron las fiestas de Navidad y Año Nuevo, “no se aprendió nada”, afirmó el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Raúl Iracheta Montoya, quien señaló que en Acapulco hay un total relajamiento de las medidas sanitarias en el inicio del periodo vacacional de Semana Santa.
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